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La presencia de Dios

Foto del escritor: Pueblo SantoPueblo Santo

¿Alguna vez has escuchado sobre la presencia de Dios? La presencia de Dios en pocas palabras es ese momento de paz donde sientes a Dios hablarte, abrazarte y amarte. Lo sientes muy cerca de ti.


Te ha pasado que ya no puedes estar en un lugar porque simplemente no es tu ambiente, no perteneces ahí o no va con tus creencias. Con la presencia de Dios pasa algo similar...


Y con esto vayamos a la pregunta ¿Qué pasa cuando cometo pecado?


Adán, Eva y el pueblo de Israel serán ejemplos clave para responder esta pregunta.


Acompáñanos a Génesis 3:6-10:

Adán y Eva tenían una comunión con Dios, caminaban con él, estaban dentro del paraíso que Dios había creado, pero cuando pecaron eso los separó de Dios, ya no pudieron estar con él.


En ocasiones puede que así nos pase a nosotros, estamos dentro del paraíso, estamos pegados a Dios pero cuando pecamos algo se interpone en el camino entre nosotros y Dios. Y es sencillo responderte a esto, Dios no puede estar donde el pecado esté.

 

Ahora vayamos a Isaías 59:1-2:


1 Isaías dijo:

Dios tiene poder para salvar

y tiene buenos oídos para oír.


2 Pero la maldad de ustedes

los ha separado de Dios.

Sus pecados han hecho

que Dios se tape los oídos

y no quiera escucharlos.



 

Para terminar vayamos a Éxodo 33:14-15:

Dios libera al pueblo de Israel por medio de Moisés, pero ellos pecaban mucho. Es ahí cuando Dios le dice a Moisés que lo iba a llevar a un lugar con muchas comodidades, pero él no iba a estar con ellos porque ese pueblo pecaba mucho. Moisés le dijo que no le interesaba estar en un lugar así, sino que le interesaba que la presencia de Dios estuviera con él.


Aquí entramos a el último punto, ¿Qué vale más para ti? Las comodidades, la satisfacción temporal de pecar o estar con Dios eternamente. Pongamos en una balanza lo verdaderamente importante, arrepintamos de lo pasado y enfoquemos en seguir a Dios siempre.


DIOS ES MÁS QUE SUFICIENTE


Oración: Dios, reconozco que he pecado y que eso me aleja de ti, hoy me arrepiento de lo sucedido y decido seguirte a ti, que me falte todo menos tu presencia. Ayúdame a ser más como tú. En el nombre de Jesús. Amén.





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